miércoles, 24 de diciembre de 2008

Chicle



Te pienso, sonrío. Te miro, me gustas. Te abrazo, soy feliz. Te beso, vivo.
Son tantos sentimientos en un solo momento…
Solo puedo decirte “te quiero”, aunque sienta que ese par de palabras mágicas no expresen la totalidad del “mix” de deseos para contigo.
Abrázame si quieres, se fría cuando gustes; bésame cuando se te de la gana y cuando no, también; pero nunca dejes de quererme.
No me hablas, no me miras; yo tampoco si estás fría. No sé si es porque no sabes expresarte o porque no quieres decirme lo que sientes. Tal vez, sea porque sientas que no me interesa. Disculpa, soy distraído.
De igual forma, con tus virtudes y defectos, te quiero aunque digas que no.
Un no para que no te quiera y un no aunque no lo creas.
24/08/2008
Jose Luis Asijas Lara

martes, 16 de diciembre de 2008

Mi amigo, mi padre


Danzaban las olas al swing del cálido viento que acariciaba nuestros cuerpos. Mirábamos el Sol como se iba para dar paso a una hermosa Luna. Era un lugar en donde sería preciso meditar sobre todo lo que has hecho en tu vida y lo que harás, pero en ese momento estaba con mi querido padre.

Él, alguien tan serio en el mayor tiempo de su vida y a la vez tan gracioso cuando lo desea. Tan defectuoso y también tan virtuoso, tan niño y tan viejito. Y es por eso que me das gracia y te quiero.

Lo miraba y me sonrojaba, me hablaba y no sabía que responderle como para continuar una amena conversación. Hice mi mejor esfuerzo pero, supongo que no lo hice del todo bien; lo único que recuerdo es que hablamos de fútbol, economía, enamoradas, experiencias colegiales, entre otras cosas. Fue interesante.

Al terminar nuestra conversación sentí yo, tu hijo Miguel, que tenía un amigo con quién tengo mucho de qué hablar, ya que pocas veces lo hemos hecho en mi más de 15 años de edad. Por fin vi tu rostro, como una persona que no es solo mi padre, sino como un hombre que fue joven como yo, que tuvo errores y éxitos como cualquiera, con la diferencia que tú ya tienes 55 años.

Tus antebrazos delgados me hicieron imaginarme que tenía un espejo al frente mío. Somos tan parecidos papá, pero tan diferentes por la forma que pensamos, y digo esto supongo porque siento que no te conozco del todo, mas aun estoy seguro que lo conseguiré algún día. En fin, siempre te quiero a pesar que no te lo diga, aunque sienta una pared invisible entre nosotros.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Un día de putas

Era un día común. Esos tipos de días donde debes cumplir tus obligaciones universitarias, respetar tus horarios – cosa que poco hago – y llegar como buen hijo a tu casa sin oler a alcohol, ni a cigarro.

Me sentía cansado, angustiado por tanto trabajo que tenía que hacer. En ese momento solo me motivaba una pequeña gordita muy linda, a quien quiero mucho. De repente, sonó mi teléfono de una manera estruendosa, como un timbre que advierte a los colegiales que es hora de recreo, y es así, porque mi teléfono es del año del rey “Pepino”.

Al contestar era mi brother del alma, mi yunta, mi causa, mi hermano, era “Chuank”. Me contó que un amigo de colegio, que por cierto es uno de mis mejores amigos, había venido de visita a Trujillo. Se les ocurrió jugar Poker, como una buena excusa para reunirnos y contarnos nuestras experiencias como grandes pendejos. Para eso, ofrecí mi casa para la reunión porque en verdad, no tenía ganas de salir de mi humilde cueva.

Llegaron mis amigos con unos cuantos más muy contentos, listos para jugar. Empecemos!!! Jugábamos con un fondo musical, reíamos y derrochábamos céntimos como si fuera cualquier cosa. Por cierto solo perdí diez céntimos.

Una vez cansados de jugar, surgió la idea de tomar agua bendita. Fuímonos a comprarla, previa chancha colectiva. ¡Qué agua! Nos la tomamos mientras conversábamos. Por mi parte, con uno de mis amigos (el que llegaba de Lima) alardeábamos de las “huevadas” que nos habían pasado como un toma y daca de experiencias, algo muy divertido.

El trago se acababa, y “Chuank” se fue porque lo esperaban con escopeta en mano en su casa. ¡Entonces, surge otra idea! Dar vueltas en el carro. Que gran idea. Como no había más que hacer acepté con la condición que me pagaran la gasolina que íbamos a gastar. Hecho el trato, salimos rumbo desconocido, el cual al final nos llevó al centro de la ciudad.

Extasiados de humor, comenzamos a joder vigilantes dormilones. De pronto, nos pasamos por en medio de una jungla de “Chicas Royal”. Uff!! Enseñaban sus asquerosos senos, motivo de risa para nosotros. Entre joda y joda, uno de las o los hombres, nos mostró qué contenía su royal. Esto fue a causa de pedirle que nos enseñe su pistola. ¡Enseñame la pistola nene, la pistola! – jaja – deseo cumplido “Don Gato”.



Ya ha pasado unos 6 meses desde lo acontecido, y como mínimo vamos a visitar a “Don Gato” al hospital en el área de psiquiatría. Pobre! Y yo que pensaba que se le iba a pasar cuando llegue a su casa.

Jose Luis Asijas Lara